Romeo dolorosa Quotes

“—¿Qué quería? —dije tan fresca como pude. Pero sin mirarla, sin girarme.—Supongo que hablar contigo, justificarse el muy gilipollas —Grace lo odiaba y de su odio hay que cuidarse. Si quería vengarme de Marc solo debía asentir y ella lo entendería. En dos días los medios hablarían de cualquier cosa que lo desprestigiara y estaría acabado. No era la periodista de más peso, el periódico del que era editora era muy respetable. Pero ella no iba a exponerse, la chica tiene enchufe. Que lo diga yo que gracias a sus contactos trabajaba donde trabajaba.—Ya. ¿Qué le dijiste?—Que se largara si no quería que clavara el tacón de mis zapatos en sus elitistas y traicioneros huevos.Tragué saliva, casi me reí.Era capaz, de Grace me esperaba todo.—¿Qué zapatos tenías?—Unos Louboutin muy puntiagudos.Imaginar la escena me hizo gracia. Seguro que Marc le miró los zapatos primero.—Los únicos que tienes e ibas a perderlos así…—Nunca podrían haber sido mejor usados, te lo aseguro.—Imagino que tu amenaza lo mantendrá a raya —soné muy borde, no era mi intención. Tampoco la de retractarme.—No lo sé, pero Salo se encargó de darle un par de dolorosas razones para no volver. Aunque ya sabemos que el cabrón tiene más cara que espalda.”

“—¿Qué quería? —dije tan fresca como pude. Pero sin mirarla, sin girarme.—Supongo que hablar contigo, justificarse el muy gilipollas —Grace lo odiaba y de su odio hay que cuidarse. Si quería vengarme de Marc solo debía asentir y ella lo entendería. En dos días los medios hablarían de cualquier cosa que lo desprestigiara y estaría acabado. No era la periodista de más peso, el periódico del que era editora era muy respetable. Pero ella no iba a exponerse, la chica tiene enchufe. Que lo diga yo que gracias a sus contactos trabajaba donde trabajaba.—Ya. ¿Qué le dijiste?—Que se largara si no quería que clavara el tacón de mis zapatos en sus elitistas y traicioneros huevos.Tragué saliva, casi me reí.Era capaz, de Grace me esperaba todo.—¿Qué zapatos tenías?—Unos Louboutin muy puntiagudos.Imaginar la escena me hizo gracia. Seguro que Marc le miró los zapatos primero.—Los únicos que tienes e ibas a perderlos así…—Nunca podrían haber sido mejor usados, te lo aseguro.—Imagino que tu amenaza lo mantendrá a raya —soné muy borde, no era mi intención. Tampoco la de retractarme.—No lo sé, pero Salo se encargó de darle un par de dolorosas razones para no volver. Aunque ya sabemos que el cabrón tiene más cara que espalda.”

“This is something an ordinary man can never know. You will enter the House of Dreams, Juanito, where you will live forever. Your mother and father and sisters and brothers, your grandparents, aunts, uncles, cousins, all you will greet in their dreams. And only you, among them, will be safe.”

“It is usually unbearably painful to read a book by an author who knows way less than you do, unless the book is a novel.”

“OH ROMEO. THOU ART ROMEO. WILL YOU MARRY ME. THOU ART ROMEO.”

“O Romeo, Romeo, wherefore art thou Romeo? Deny thy father refuse thy name, thou art thyself thou not a montegue, what is montegue? tis nor hand nor foot nor any other part belonging to a man What is in a name? That which we call a rose by any other name would smell as sweet, So Romeo would were he not Romeo called retain such dear perfection to which he owes without that title, Romeo, Doth thy name! And for that name which is no part of thee, take all thyself.”

“Benvolio: What sadness lengthens Romeo's hours?Romeo: Not having that, which, having, makes them short.”

“Romeo: I dreamt a dream tonight.Mercutio: And so did I.Romeo: Well, what was yours?Mercutio: That dreamers often lie.”

“I beg for justice, which you, Prince, must give. Romeo killed Tybalt; Romeo must not live.”

“Tis torture, and not mercy. Heaven is here Where Juliet lives, and every cat and dog And little mouse, every unworthy thing, Live here in heaven and may look on her, But Romeo may not.”

“I was Juliet and Quinn was Romeo, and the lines weren't dead black-and-white words on a page but somehow alive, as natural and real as the argument we'd had about the spider and the fly. The rows of empty seats were gone, and we were in a candlelit ballrooom, wrapped in our own cocoon of words. But the playful banter of our words couldn't mask what we both knew--that after this, nothing would be the same .And then we got to the kissing part, which we'd only read through together and had never really rehearsed. But it didn't matter, because I was still Juliet and Quinn was still Romeo, his gray-green eyes fixed on mine. And when he bent to kiss me, it was Romeo's lips on Juliet's. Even so, Juliet was just as stunned as I would've been. When I said the last line, I was speaking for both of us. You kiss by the book.”